La Banca Ética invertirá sólo en empresas e iniciativas con un beneficio social efectivo. ¿Su desafío tecnológico? adelantarse a las necesidades de las personas para competir con los grandes bancos en 2021.  

“Hay miles de proyectos en el mundo que son útiles y necesarios, pero no encuentran financiación porque la banca se dedica a otros temas, a la especulación. El 99% del dinero que se genera en el mundo no va a ningún lado, no produce nada, por eso es necesario otro modelo financiero que no especule tanto y que permita que el dinero circule de manera más sensata y más repartida. En el mundo hay mucho dinero, el problema es que no llega donde tiene que llegar”. Este es el argumento principal que da el promotor a nivel mundial de la Banca Ética, Joan Melé, para explicar la necesidad y urgencia de implementar esta iniciativa en Chile.

En 2013, Melé viajó a Santiago para contar la experiencia europea de Triodos Bank, el principal banco ético del mundo, del cual fue subdirector general en España. De esa instancia surgió un grupo de personas interesadas en este tipo de institución que persigue la rentabilidad social más que monetaria, es decir, que sólo financia a empresas y organizaciones que mejoren la vida de las personas, que cuiden el medio ambiente y que apoyen proyectos de los sectores medioambiental, social y cultural sustentables económicamente.

Cuatro años después, Chile está en tierra derecha a convertirse en el primer país de Latinoamérica en contar con una Banca Ética. El grupo de interesados formó la organización Doble Impacto, donde actualmente se incuba y desarrolla el prototipo del banco. El trabajo se divide en dos frentes: el primero es buscar y evaluar empresas de impacto positivo y buscar financiamiento. El segundo, desarrollar un estudio de prefactibilidad en el ámbito tecnológico, financiero, de recursos humanos, legal y de mercado, que tendría su versión final en julio.

La idea es formar comunidades de expertos que se involucren en el proyecto desde sus especialidades para aportar a su desarrollo y transformarlo en realidad. EXE se ha hecho parte activa de este proceso desde la perspectiva tecnológica y ha adoptado el desafío de adelantarse a las necesidades de las personas para competir con los grandes bancos en 2021, año en que el banco entraría en funcionamiento. “La tecnología en esta época que vivimos es imprescindible. Además de competir en igualdad de condiciones con bancos mucho más grandes, nos permite dar servicios online que serían complicados de implementar en forma presencial y ofrecer valor agregado a los clientes”, comenta Melé.

El gerente general y fundador de EXE, Ubaldo Taladriz, participó como representante del área tecnológica en la presentación del proyecto a expertos en TI. El tema principal de la jornada fueron los lineamientos generales en los que se trabaja para cumplir con el desafío de crear esta entidad de rentabilidad social competitiva, además del llamado a la acción a nuevos colaboradores.

¿En qué está poniendo el foco la comunidad tecnológica de este proyecto para poder competir con los otros bancos en 2020 – 2021?

El foco hoy día está en desarrollar un concepto que se llama el “core bancario”, pero usando todos los conceptos o innovaciones tecnológicas que sea posible, y además de eso con un foco muy fuerte de armar una comunidad tecnológica, bajo el concepto de una organización abierta (open organization), que combine cosas, que sea compuesta por gente que va a trabajar directamente en el banco, por empresas, y personas que van a colaborar de manera freelance. Esperamos que esa tecnología además esté disponible para la expansión de la Banca Ética para toda Latinoamérica.

¿Cuáles son los lineamientos principales que sea han considerado hasta ahora para poder incluir en términos tecnológicos?

Lo que pensamos es que efectivamente vamos a tener sistemas distribuidos, vamos a adoptar todo lo que sea posible en términos de inteligencia artificial para poder determinar bien cómo es la composición de nuestros clientes y fomentar la relación con las personas. Vamos a ocupar tecnologías con un foco en la multicanalidad y en el uso de microservicios o microcomponentes. Lo otro es priorizar el uso de tecnología open source y servicios en la nube.

¿Qué plataformas tecnológicas tienen previstas para utilizar?

Hicimos la presentación hablando de tecnologías como AKKA. Hablamos también de utilizar tecnología de contendores, como dockers, y de tecnologías para administración de la infraestructura como Apache Mesos. Para la base de datos, estamos hablando de utilizar tecnología open source como Cassandra y por supuesto Postgres. En los ámbitos de machine learning y big data vamos a usar Apache Spark, y para ciertos temas de mensajería vamos a usar Apache Kafka.

¿Cuánta gente está participando actualmente en la comunidad tecnológica de la Banca Ética para Chile?

Hoy día estamos en el estudio de prefactibilidad, la comunidad hoy día está naciendo. Estamos compuestos por alrededor de 30 personas, pero eso debería crecer.  Básicamente esperamos a cientos de personas trabajando en el proyecto.